"La costumbre de comer doce uvas durante el último minuto del año que concluye proviene, hasta donde sé, de Francia, país del que pasó a España hacia mediados del siglo XIX para, de ahí dar el salto a Latinoamérica. Cada uva que se ingiere representa un mes del año nuevo y, al comerla, la persona imagina aquello que desea porvenir", Velasco Toro.
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